Como se podrán imaginar, este libro trata de un gato y, básicamente, de la relación entre un matrimonio y un gato. Pero no su gato, sino el de sus vecinos. De hecho, ellos no tenían ninguna mascota y nunca se habían cuestionado el tener una, a pesar de que tampoco tenían hijos. Poco a poco la pareja comienza a entablar una relación con Chibi, el gatito. Si bien a veces es un poco arisco, poco a poco van entablando una rutina que transforma la vida de cada uno de ellos.

El autor cuenta la historia a través de varios años, a fines de las década de los 80, contrastándolo con lo que pasaba con ellos, con Japón y con los diferentes vecinos que vivían dentro del mismo terreno. Para mí, este libro trata básicamente de cómo una mascota puede cambiar tu vida y puede transformarse en una parte fundamental de ella. Quienes son amantes de los gatos seguramente se van a sentir representados en las dinámicas que se establecen entre estos tres seres. Yo, que no me encuentro en este grupo de personas, recordé a mi perro a medida que iba leyendo el libro, sobre todo por la forma que tuvo de impactar nuestras vidas.
Si bien a mí no me encantó demasiado el libro, estoy segura que especialmente para quienes son fan de los gatos va a ser una muy buena lectura. Es un libro breve, de 160 páginas, que fácilmente se lee en un día.
Mi calificación es 3/5 estrellas
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